sábado, 29 de mayo de 2010



Al llegar los últimos días del calendario, y antes de que las fiestas, celebraciones y reuniones de Navidad y fin de año comiencen, es común evaluar qué logramos y qué nos quedó en el tintero.

Por eso, hoy te presentamos una actividad para que animes a tus jóvenes a ponerse metas y soñar a corto y largo plazo para que vean que pueden lograr lo que se proponen y se sientan orgullosos de su esfuerzo.

En un pizarrón, cartulinas o papel bien grande pegado en la pared, escribe cada una de las metas y actividades que tenías pensadas hacer: reuniones sensacionales, campamentos, conciertos, cena para juntar fondos, sumar amigos al ministerio, comprar un teclado, arreglar la cancha de volley, pintar el salon, etc. Y luego, por supuesto, revisen juntos cuál de estas metas pudieron lograr. Porqué si y porqué no.

Escoge del ministrio uno de los jóvenes que se haya graduado de la escuela este año, alguno que haya entrado nuevo al grupo y hoy es parte del ministerio o a uno que está hace un tiempo pero en este año ha logrado un cambio grande en su vida. Pídeles de antemano que piensen en cómo compartir su experiencia con el resto de los jóvenes de una manera alentadora. La mejor parte será cuando tu mismo compartas tus metas, tus logros y fracasos. Abrir tu vida, le dará a tu ministerio un toque de ralismo, te quitará de encima el peso de ser el super héroe que no se equivoca y te ganarás el respeto de tus jóvenes. Esta es una actividad altamente recomendada. También entrégales hojas de papel en blanco y deles unos minutos para que escriban sus metas personals para el próximo año.

Si ni siquiera puedes recordar cuáles fueron los objetivos del año, o si tus chicos son los mismos de siempre y nadie nuevo ni nada nuevo ha pasado en tu ministerio, no te desalientes; quizás esta evaluación sea lo más importante del año o lo más importante de la vida del ministerio de cara al futuro.

¿A dónde llevarlo desde aquí?
Todos y especialmente los adolescentes y jóvenes necesitan planear su futuro, necesitan pensar en un mañana lleno de posibilidades, saber que pueden alcanzar el éxito en muchas cosas aunque seamos pobres o sin suficiente educación. Los líderes tenemos en nuestras manos la posibilidad de sembrar esperanza, de darles un sueño, de mostrarles que a nosotros, a la iglesia y especialemnte a Dios le importa lo que les pasa.

¿Alcanzaste muchos de los objetivos? ¿No alcanzaste casi ninguno? ¿No tenías metas?

Entonces es tiempo que borres el pizarrón, cambies la catulina o pegues un nuevo papel en blanco y junto a tus chicos, ayudándolos a pensar, crea nuevas metas para el año que viene.

Para lograrlas lo mejor es incluirlos, hacerlos sentir parte, hacerles sentir que su opinión vale, que este es SU ministerio.

Aliéntalos a enfocarse en el futuro, en sus habilidades para lograr alcanzar las metas y la importancia de alcanzarlas.

Deja pegado tu cartel en un lugar visible, cuéntale a los padres y al resto de la iglesia lo planeado y pídeles que te ayuden.

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