El propósito de esta actividad es destacar lo que realmente es importante en la vida de la familia. Sabemos que las discusiones y “competencias” familiares se dan muy seguido, especialmente cuando los hijos entran en la adolescencia.
Los hijos varones, especialmente, necesitan comprobar si tienen fuerza suficiente como para ganarle en una carrera a su papá, o si saben más que sus padres, o si son más ingeniosos para hacer algo. Las hijas mujeres compiten con sus padres tratando de ganar las discusiones o imponer sus puntos de vista. Aunque es un comportamiento natural dentro de la adolescencia, en donde comienzan a forjar su personalidad, si los padres no saben como manejar esto, finalmente terminará en situaciones muy tensas.
Para comunicar el punto de vista de Dios sobre la “competencia”, organiza un torneo de ajedrez, dama, bowling o cualquier otro juego en el que padre e hijo compitan entre sí. Prepara un simple trofeo como por ejemplo, un globo inflado con helio decorado con las iniciales de los ganadores, o también puede ser un plato descartable pequeño en el que pintes un caballo de ajedrez junto con el siguiente texto: "Primer torneo de Ajedrez para Padres e Hijos", o algo por el estilo.
Una vez finalizado el torneo reúnelos y léeles las declaraciones de Jesús acerca de "los últimos serán los primeros" que se encuentra en Lucas 13:30. Forma pequeños grupos en los que estén incluidos padres e hijos. Lee las siguientes preguntas para activar la discusión:
Preguntas de discusión
- ¿Cómo comparar este pasaje con la escala de valores que vemos en nuestra escuela, entre nuestros amigos, o incluso en la familia?
- ¿Cómo se aplica este pasaje a nuestra vida?
- ¿Qué cosas hacemos que deberíamos cambiar?
- ¿Cuál es el valor que obtenemos al ganar una competencia?
- ¿Cuál es el valor que obtenemos al ganar una relación más profunda y verdadera con amigos y familiares?
- ¿Es ganar aún más importante que tu relación con los demás?
- ¿Puede alguien ser competitivo y aún así ser un buen amigo, padre o hijo?
Los hijos varones, especialmente, necesitan comprobar si tienen fuerza suficiente como para ganarle en una carrera a su papá, o si saben más que sus padres, o si son más ingeniosos para hacer algo. Las hijas mujeres compiten con sus padres tratando de ganar las discusiones o imponer sus puntos de vista. Aunque es un comportamiento natural dentro de la adolescencia, en donde comienzan a forjar su personalidad, si los padres no saben como manejar esto, finalmente terminará en situaciones muy tensas.
Para comunicar el punto de vista de Dios sobre la “competencia”, organiza un torneo de ajedrez, dama, bowling o cualquier otro juego en el que padre e hijo compitan entre sí. Prepara un simple trofeo como por ejemplo, un globo inflado con helio decorado con las iniciales de los ganadores, o también puede ser un plato descartable pequeño en el que pintes un caballo de ajedrez junto con el siguiente texto: "Primer torneo de Ajedrez para Padres e Hijos", o algo por el estilo.
Una vez finalizado el torneo reúnelos y léeles las declaraciones de Jesús acerca de "los últimos serán los primeros" que se encuentra en Lucas 13:30. Forma pequeños grupos en los que estén incluidos padres e hijos. Lee las siguientes preguntas para activar la discusión:
Preguntas de discusión
- ¿Cómo comparar este pasaje con la escala de valores que vemos en nuestra escuela, entre nuestros amigos, o incluso en la familia?
- ¿Cómo se aplica este pasaje a nuestra vida?
- ¿Qué cosas hacemos que deberíamos cambiar?
- ¿Cuál es el valor que obtenemos al ganar una competencia?
- ¿Cuál es el valor que obtenemos al ganar una relación más profunda y verdadera con amigos y familiares?
- ¿Es ganar aún más importante que tu relación con los demás?
- ¿Puede alguien ser competitivo y aún así ser un buen amigo, padre o hijo?
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