Tiempo: 10 minutos
Tamaño del grupo: cualquiera
Materiales: Lápices y Biblias.
Prepara un examen breve pero muy difícil respecto a algunas de las doctrinas o pasajes bíblicos que el grupo haya estudiado recientemente, y saca suficientes copias para los asistentes.
Sin ninguna advertencia previa dale a cada joven una copia del examen que has preparado. Díles que deseas ayudarlos a prepararse para rendir exámenes, puesto que pronto tendrán que rendirlos de nuevo en sus estudios. Ignora las quejas y diles que rindan el examen.
Concede unos pocos minutos para que traten de contestarlo. No te molestes por recoger ni revisar las pruebas. Simplemente pregunta: ¿Qué se siente al no estar preparado para rendir un examen como este? ¿Qué podrían haber hecho para estar mejor preparados?
Lee en voz alta 1 Pedro 3:15-16. Pregunta:¿En qué se parece el hecho de hablarle a alguien de Jesucristo al hecho de estar listo para rendir un examen? Diles: Dios no espera que cada persona sea un teólogo, pero sí quiere que estemos listos para contarles a otros lo que significa nuestra fe. Y Él puede hacer que se cruce en nuestro camino alguien que siente curiosidad acerca de la fe cristiana. Al empezar el nuevo año escolar, piensa en lo que podrías decir si alguien te hace alguna pregunta acerca de tu fe.
Forma parejas, y concede un minuto para que cada persona, por turno, le cuente a la otra lo que significa su fe. Después de que ambas personas han dicho su parte, pregunta: ¿Es difícil hablarle a otra persona acerca de la fe? ¿Por qué? ¿Cómo podrías estar más preparado para hablarle a alguien que se interesa en lo que crees?
Tamaño del grupo: cualquiera
Materiales: Lápices y Biblias.
Prepara un examen breve pero muy difícil respecto a algunas de las doctrinas o pasajes bíblicos que el grupo haya estudiado recientemente, y saca suficientes copias para los asistentes.
Sin ninguna advertencia previa dale a cada joven una copia del examen que has preparado. Díles que deseas ayudarlos a prepararse para rendir exámenes, puesto que pronto tendrán que rendirlos de nuevo en sus estudios. Ignora las quejas y diles que rindan el examen.
Concede unos pocos minutos para que traten de contestarlo. No te molestes por recoger ni revisar las pruebas. Simplemente pregunta: ¿Qué se siente al no estar preparado para rendir un examen como este? ¿Qué podrían haber hecho para estar mejor preparados?
Lee en voz alta 1 Pedro 3:15-16. Pregunta:¿En qué se parece el hecho de hablarle a alguien de Jesucristo al hecho de estar listo para rendir un examen? Diles: Dios no espera que cada persona sea un teólogo, pero sí quiere que estemos listos para contarles a otros lo que significa nuestra fe. Y Él puede hacer que se cruce en nuestro camino alguien que siente curiosidad acerca de la fe cristiana. Al empezar el nuevo año escolar, piensa en lo que podrías decir si alguien te hace alguna pregunta acerca de tu fe.
Forma parejas, y concede un minuto para que cada persona, por turno, le cuente a la otra lo que significa su fe. Después de que ambas personas han dicho su parte, pregunta: ¿Es difícil hablarle a otra persona acerca de la fe? ¿Por qué? ¿Cómo podrías estar más preparado para hablarle a alguien que se interesa en lo que crees?
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