OBJETIVO:
I. Desarrolla la habilidad en la comunicación no verbal.
II. Explora la creatividad y la fantasía.
III. Constituye una herramienta de diagnóstico para determinar el tipo de sentimiento que profesan los individuos hacia su trabajo, o también, la visualización que éstos hacen de su núcleo familiar.
TAMAÑO DE GRUPO:
De 16 a 18 participantes (de preferencia haciendo que sea un número para la totalidad de individuos, en caso de ser impar, el instructor formará parte de la última pareja).
TIEMPO REQUERIDO:
90 minutos.
MATERIAL:
I. Mesas en una disposición que permitan el trabajo de parejas cara a cara.
II. Plumones/marcadores de varios colores, cinco por cada pareja.
III. Una hoja rotafolio por pareja.
LUGAR:
Un salón suficientemente amplio que permita colocar una mesa en el centro y que los participantes hablen cara a cara.
DESARROLLO:
I. Se forman las parejas según la estrategia que más convenga al instructor (numerando, por conocidos, por afinidad, etc.).
II. Se les informa que cada pareja tendrá que desarrollar en una acción conjunta un dibujo, a todo color, del monstruo más espeluznante y feroz que puedan crear. (Si se busca una proyección de clima de trabajo, se puede dirigir el ejercicio por medio de señalar que ese monstruo representará a la organización laboral o familiar).
III. Cuenta, cada pareja, para realizar la tarea con cinco marcadores o plumones y una hoja de rotafolio.
IV. Las condiciones en las que se realizará tal tarea son:
a) El dibujo se llevará a cabo en absoluto silencio.
b) Cada miembro de la pareja tendrá que seleccionar el color del plumón -sin ninguna palabra de por medio- al mismo tiempo que su compañero, tomarán simultáneamente el marcador y seguirán los trazos de la figura juntos, sin soltarlo, y evitando hasta donde sea posible, el que uno de los dos miembros se subordine al otro.
c) Tanto colorido como trazo, tendrá que ser negociado apelando a la sensibilidad de los integrantes de la pareja, evitando las palabras.
V. Se les da 15 minutos para esta primera etapa.
VI. Terminando el dibujo, se les pide a las parejas que al reverso de la imagen, o en hoja carta anexa, cuenten, con exuberancia narrativa, la historia del monstruo que acaban de hacer. Su monstruosidad, su terrorífica presencia y las características que provocan el pavor y pánico.
VII. Se les solicita también que al terminar la historia del monstruo, narren, con el mismo lujo de detalles, quién y cómo es el héroe que le dio, le da, o le dará muerte. En qué condiciones y porqué lo destruye.
VIII. Se les proporciona también minutos para esta etapa y con ello se les indica que es obvio que pueden hablar para ponerse de acuerdo y que pueden elegir quién escriba.
IX. Concluidas las narraciones escritas, se les pide que una a una las parejas vayan pasando a mostrar a su monstruo al grupo y narrarle sus historias correspondientes.
X. Al finalizar se procura enlistar las características tanto de monstruos como de héroes, procurando un perfil en ambos casos.
XI.La reflexión se dirigirá a elucidar sobre heroicidad, adversidad e individuo; se llega a conclusiones.
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