Entrégale a cada alumno una buena cantidad de plastilina (masilla de la que usan los niños para jugar). Si tienes la oportunidad déjalos que elijan el color y la cantidad que desean usar para que se sientan cómodos trabajando con ella.
Pídeles entonces que hagan una escultura, que la moldeen a su gusto pero lo mejor que puedan.
Luego de unos minutos y después de que todos hayan terminado pon cada trabajo en exhibición para que todos puedan apreciar el trabajo de los demás.
No te desesperes con aquellos que no hacen nada o pierden el tiempo haciendo pavadas (siempre hay esos personajes que se sienten muuuy maduros.)
¿Adónde llevarlo desde aquí?
1- El mundo y nosotros mismos tratamos de moldear a las cosas, situaciones y a personas a nuestra manera. Dándole la forma y el color que más nos gusta, sacándole lo que pensamos no sirve y agregándole de lo que creemos es importante. Pero Dios tiene otro molde para nuestra vida. Él quiere que seamos todo lo imperfectos que somos para poder brillar a través nuestro con su gloria. Y usar nuestras capacidades, talentos y dones para servirle con todo lo que tenemos. No dejes que el mundo te forme a su antojo. Mateo 16: 25-27; 18:6-8; Lucas 12:29-31; Romanos 12:1-3; 1ªCorintios1:26-28... (NVI).
2- Luego de que hayan trabajado con sus manos pásales una toalla húmeda para que se limpien. Entonces verás que no sale el aceite de esas plastilinas, no del todo.
Entonces pasa un bote grande lleno de agua, pásales también un jabón que haga mucha espuma y toallas limpias. Y diles que así es Jesús.
Nosotros nos embarramos haciendo lo que queremos, formando nuestra vida como queremos, influenciando en los demás como se nos da la gana y cuando queremos limpiar nuestro pasado nos es imposible si no lo hacemos a través de Jesús.
Jesús es como esa agua limpia y el jabón que quita lo más difícil de sacar, la suciedad más profunda y pegajosa.
Y no nos deja ahí sino que también nos seca con su sanidad dejándonos como nuevos para comenzar una nueva vida moldeada a Su manera. Hechos 4:11 y 12
Pídeles entonces que hagan una escultura, que la moldeen a su gusto pero lo mejor que puedan.
Luego de unos minutos y después de que todos hayan terminado pon cada trabajo en exhibición para que todos puedan apreciar el trabajo de los demás.
No te desesperes con aquellos que no hacen nada o pierden el tiempo haciendo pavadas (siempre hay esos personajes que se sienten muuuy maduros.)
¿Adónde llevarlo desde aquí?
1- El mundo y nosotros mismos tratamos de moldear a las cosas, situaciones y a personas a nuestra manera. Dándole la forma y el color que más nos gusta, sacándole lo que pensamos no sirve y agregándole de lo que creemos es importante. Pero Dios tiene otro molde para nuestra vida. Él quiere que seamos todo lo imperfectos que somos para poder brillar a través nuestro con su gloria. Y usar nuestras capacidades, talentos y dones para servirle con todo lo que tenemos. No dejes que el mundo te forme a su antojo. Mateo 16: 25-27; 18:6-8; Lucas 12:29-31; Romanos 12:1-3; 1ªCorintios1:26-28... (NVI).
2- Luego de que hayan trabajado con sus manos pásales una toalla húmeda para que se limpien. Entonces verás que no sale el aceite de esas plastilinas, no del todo.
Entonces pasa un bote grande lleno de agua, pásales también un jabón que haga mucha espuma y toallas limpias. Y diles que así es Jesús.
Nosotros nos embarramos haciendo lo que queremos, formando nuestra vida como queremos, influenciando en los demás como se nos da la gana y cuando queremos limpiar nuestro pasado nos es imposible si no lo hacemos a través de Jesús.
Jesús es como esa agua limpia y el jabón que quita lo más difícil de sacar, la suciedad más profunda y pegajosa.
Y no nos deja ahí sino que también nos seca con su sanidad dejándonos como nuevos para comenzar una nueva vida moldeada a Su manera. Hechos 4:11 y 12
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