jueves, 25 de marzo de 2010



Con frecuencia los adolescentes se encuentran enfrentándose al problema del uso de sustancias estupefacientes. Algunas veces hasta los miembros de sus propias familias son los que las usan. Otra veces, sus mejores amigos son los que han caído en el uso de las drogas o las bebidas alcohólicas.

Una encuesta reciente entre adolescentes creyentes, reveló que el 42% de los muchachos y el 46% de las muchachas se emborracharon por lo menos una vez el año anterior. Y uno de cada 5 adolescentes informó que en sus colegios el uso de drogas es cosa común.

Si bien algunos jóvenes se dan perfectamente cuenta de los peligros de las drogas, muchos aún se sienten presionados a experimentar con las drogas y el alcohol.

A continuación te damos algunas historias que cualquiera de tus jóvenes podrían estar enfrentando y que pueden iniciar el diálogo en tu grupo para hablar sobre: Las drogas y las bebidas alcohólicas.

HISTORIA 1

– ¡Oye, Guille!
Guille se volvió al oír su nombre. Vio a Juan acercándose, avanzando por entre la multitud en los pasillos.

– ¿Te enteraste? Mis padres saldrán de la ciudad este fin de semana. La fiesta será en casa esta noche, a las seis. ¿Vienes?

– ¿Estás bromeando, verdad?

– No. Te lo digo en serio. Además ya sé donde mis padres tienen la llave del armario de los licores. Oye, tal vez deberías pensar en pasarte todo el fin de semana en mi casa. Será alucinante...

La mente de Guille estaba ya tratando intensamente de hallar razones creíbles que podría dar a sus padres para que le dejasen pasar el fin de semana en casa de Juan.


HISTORIA 2

Ramón no podía creer lo que escuchaba. Había oído acerca de los vendedores de drogas que merodeaban en los alrededores de su colegio, pero nunca se había encontrado con uno, hasta ahora.

– Bien, ¿me compras? Vamos, te hará sentir en forma fantástica. Todos necesitamos relajarnos un poco de ves en cuando. Mira, te daré un buen precio.

-¡Fuera de mi camino! ¡Desaparécete!

-Que pena chico, creí que eras más listo...


HISTORIA 3

Laura había tratado de hacerse amiga de Graciela, pero no había sido fácil. Los demás jóvenes también se mantenían a distancia de ella. Un día, Laura descubrió por qué. A medida que se acercaba al pupitre de Graciela, la vio poner rápidamente una ampolla de nuevo en su cartera.

– ¿Qué es eso? le preguntó Laura sin sospechar nada. Graciela no contestó. Pero, por la manera en que miró, no hizo falta que dijera nada; Laura supo que Graciela estaba usando drogas.


Actividades para la Discusión:

Dale a cada joven una Biblia. Forma dos grupos. Pide que un grupo lea en Mateo 4:1-10 lo que dice Satanás y el otro grupo lo que dice Jesús. Pide que un voluntario lea la parte del narrador.

Pregunta:

¿Cuáles fueron las tentaciones de Jesús? (Transformar las piedras en pan; arrojarse de la montaña, tener como propia una ciudad).

¿Cómo respondió Jesús?(Huyó de las tentaciones; se opuso a Satanás).

Pide que alguien lea en voz alta Hebreos 11:24-26. Pregunta:

¿Qué tentaciones tuvo Moisés? (Ser rico, tener una vida acomodada).

¿De qué manera respondió a esa tentación? (La evitó; escuchó a Dios).

¿De qué manera los ejemplos de Jesús y Moisés nos enseñan a enfrentar las tentaciones de las drogas y las bebidas alcohólicas? (Podemos superarlas, debemos seguir a Dios).

¿Cuán importante es buscar la ayuda de Dios cuando somos tentados por la seducción de las drogas y las bebidas alcohólicas? Expliquen. (Muy importante, porque no puedo resistir por mí mismo; Dios puede ayudarme a superar la tentación)

¿De qué manera las Escrituras pueden ayudarnos a ser fuertes y evitar la seducción de las drogas y el alcohol? (Las Escrituras me recuerdan que puedo vencer la tentación, me ayudan a tener más confianza en Dios y en mí mismo).

Diles: Gran parte de la seducción de las drogas y las bebidas alcohólicas se basan en mentiras. Y cuando podemos ver esas mentiras nos resulta más fácil resistir la tentación.

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