Objetivo: El objetivo de esta dinámica es que los participantes se den cuenta de lo importantes que son para los demás y también que todos tengan la oportunidad de decir a su compañero(a) lo importante que es para ellos y las cualidades que admiran de esta persona.
Materiales necesarios:
1 Mesa para acostar al muerto.
2 Veladoras para darle mayor realce a la dinámica.
Introducción:
Crea una atmósfera parecida a la de un velorio, indicando el comportamiento que la mayoría de personas tomamos en un velorio declarando únicamente aquellas cualidades del difunto y sintiendo remordimiento por no haberle dicho aquellas cosas buenas que creemos de él o ella y nos vuelve un sentimiento de culpa por no haber agradecido su ayuda.
Debes decir al grupo que este es el momento para que le digamos a las personas que conforman el grupo todo lo que no les hemos dicho.
Desarrollo.
Uno de los integrantes del grupo se acuesten en el piso o sobre una mesa (con los ojos cerrados y con las manos sobre el pecho simulando que está muerto) y cada integrante del grupo (como doliente) pasa frente a él y le dice todas las cosas que en vida no ha sido capaz de decirle por vergüenza o por cualquier otra razón. Debe centrarse en aquellos aspectos positivos de la persona ya que por lo regular tendemos a decir cosas buenas de los muertos, deja que le digan lo importante que es para ellos y la falta que le hará su sonrisa o sus gestos amables.
Debe repetirse hasta que todos hayas tomado la posición de Muerto y de Doliente.
En algún momento quizá veas rodar algunas lágrimas y aflorar algunos sentimientos que podrían necesitar de la ayuda directa del Espíritu Santo, por lo que el líder debe estar en constante oración mientras se desarrolle el ejercicio y pendiente de cada uno de los dolientes mientras están frente al muerto.
Materiales necesarios:
1 Mesa para acostar al muerto.
2 Veladoras para darle mayor realce a la dinámica.
Introducción:
Crea una atmósfera parecida a la de un velorio, indicando el comportamiento que la mayoría de personas tomamos en un velorio declarando únicamente aquellas cualidades del difunto y sintiendo remordimiento por no haberle dicho aquellas cosas buenas que creemos de él o ella y nos vuelve un sentimiento de culpa por no haber agradecido su ayuda.
Debes decir al grupo que este es el momento para que le digamos a las personas que conforman el grupo todo lo que no les hemos dicho.
Desarrollo.
Uno de los integrantes del grupo se acuesten en el piso o sobre una mesa (con los ojos cerrados y con las manos sobre el pecho simulando que está muerto) y cada integrante del grupo (como doliente) pasa frente a él y le dice todas las cosas que en vida no ha sido capaz de decirle por vergüenza o por cualquier otra razón. Debe centrarse en aquellos aspectos positivos de la persona ya que por lo regular tendemos a decir cosas buenas de los muertos, deja que le digan lo importante que es para ellos y la falta que le hará su sonrisa o sus gestos amables.
Debe repetirse hasta que todos hayas tomado la posición de Muerto y de Doliente.
En algún momento quizá veas rodar algunas lágrimas y aflorar algunos sentimientos que podrían necesitar de la ayuda directa del Espíritu Santo, por lo que el líder debe estar en constante oración mientras se desarrolle el ejercicio y pendiente de cada uno de los dolientes mientras están frente al muerto.
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